viernes, 1 de mayo de 2009

ARTE DE LA ENVOLTURA

Hideyuki Oka, nacido en 1905, es uno de los más sobresalientes diseñadores grá­ficos de Japón. Su exposición, integrada toda ella por muestras de envoltura japonesa, re­corre Estados Unidos y Canadá en 1979.

Madera, bambú y enredadera se combinan en esta cuba para sushi prensado (pescado sobre arroz hervido), has duelas van sujetas con tiras de bambú y la intrincada ligadura de la niredadera mantiene las secciones de bambú en su sitio para forzar la tapa hacia abajo, con objeto de hacer presión y lograr así la fermentación y conservación del sush

Arte en envolturas
Por HIDEYUKI OKA

la fascinación que sentía yo por la envoltura tradicional japonesa se convirtió en afición seria en 1959, cuando me pidie­ron que enviara muestras japonesas a una exposición internacional en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. En la actualidad mi colección comprende varios cente­nares de piezas procedentes de to­das partes del Japón. Los materiales más populares pa­ra la envoltura (madera, bambú, paja, papel, piel y vasijas de barro cocido) han sido usados con mucha destreza desde la antigüedad. Se dispone fácilmente de estos mate­riales en Japón, y sus cualidades dis­tintivas se han apreciado justamente y adaptado a la envoltura sin per­judicar sus rasgos naturales. El verde de la hoja de bambú, el brillo peculiar de sus cañas, el grano de la madera cortada en hojas muy finas, se usan para trasladar la be­lleza de la naturaleza a objetos he­chos por el hombre. Sin embargo, el resultado no es una mera copia de la naturaleza misma, sino una nueva creación en la que se manifiesta el sentido estético fun­damental del japonés. Excelentes ejemplos se hallan con mayor fre­cuencia en las envolturas tradicio­nales de alimentos, principalmente de golosinas.


La tradición tiene un doble li­naje: utilitario y artístico. Pero ya sean hechos en casa, en tiendas ru­rales o por artesanos profesionales que trabajan en antiguas y acredi­tadas tiendas de Kyoto, los paque­tes siempre muestran amor y consi­deración para los demás. Quien se toma la molestia de empaquetar el más modesto regalo (incluso un pastelito) de modo atractivo, da al que lo recibe un doble deleite. La producción en gran escala no es más que una razón de que la en­voltura tradicional esté desapa­reciendo. Otra razón, más triste, puede estribar en que nosotros los ja|x>ncses estamos perdiendo nues­tro tradicional deseo de proporcio­nar placer. Si es así, debemos apresurarnos a recuperar nuestra herencia, antes de que se desvanez­ca para siempre.








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